En el año 1998 empecé a estudiar Ingeniería en Materiales y paralelamente tocaba en una banda. Siempre estuve tratando de entender el efecto que tiene la guitarra, los pedales y el amplificador sobre el tono. Después de probar muchas, pero muchas cosas durante 10 años, llegué a la conclusión que lo más influyente es el amplificador.
Allí empezó lo inevitable, mezclé mis conocimientos de ingeniería con el oído que llevaba desarrollando por casi 20 años. Así, usando un amplificador de válvulas que tenía, empecé a modificarlo para convertirlo en mi primer prototipo con el objetivo que fuese suficiente versátil para conseguir un tono excelente a cualquier volumen. Por eso después de 10 años de experimentación, mejora y aprendizaje decidí lanzar mi marca Alver Amps y permitir que otros músicos experimenten la sensación de tocar con ese tono perfecto que te conecta con la música de una manera alucinante.